Hoy cumplo el segundo aniversario de mi Blog, con este tema que es en el que me voy a enfocar los próximos años: aprender y difundir como entrar, de manera escalonada y pausada, a esta transición que implica la tercera etapa de nuestra vida. El análisis y estudios sobre esta etapa, los libros y talleres que he hecho, quiero compartirlos en un taller, con el que quiero ayudar a las personas a plantearse esta nueva etapa de vida, desde los 50 a los 75 años.
La conferencista Avivah Wittenberg-Cox me ha enseñado porqué es importante que aprendamos sobre esta etapa. Nos comenta que, durante el siglo XX, la revolución feminista cambió los roles de las mujeres en los hogares, en las estructuras familiares y en la sociedad. Esta revolución, junto con la actual longevidad, han cambiado como vivimos nuestras vidas. En los últimos 200 años, hemos ganado en promedio casi 40 años más de vida y esto trae consecuencias para nuestras carreras y nuestra manera de vernos a nosotras mismas. Ha aparecido una nueva segunda mitad de la vida, más larga y que debemos explorar y dimensionar, para plantearnos como queremos vivirla y quiénes queremos ser.
Esta etapa, también nos va a permitir transcender de los roles que hemos representado hasta ahora. Normalmente, pasamos la primera mitad de nuestra vida dedicadas a hacer todo lo que la sociedad espera de nosotras, respondiendo a roles que nos vienen dados (la familia, la sociedad, nuestro entorno, incluso nosotras mismas). En esta etapa a partir de los 50s, por lo general, hemos casi terminado de criar una familia y de vivir con nuestros hijos, quizá nos toca cuidar a nuestros padres, sentimos una falta de relevancia en nuestras carreras o nos despiden, se acerca la jubilación, quizá nos enfrentamos a una enfermedad grave o a un divorcio.
Por eso, este es un momento aterrador pero también muy liberador y emocionante, pero no tenemos muchos modelos a seguir. La gente no ha vivido tanto tiempo, ni con el tipo de conocimiento ni experiencia que tenemos ahora. Estamos frente a una página en blanco y todas vamos a ser pioneras en la creación de esta aventura, además, las mujeres estamos siendo especialmente creativas y expansivas en esta etapa.
Hay muchas teorías del desarrollo de los adultos que indican que vamos a vivir hasta los 100 años. Vamos a contar con una cuarta fase de nuestra vida que no existía hace 50 años. Por eso, este es un buen momento para que tengamos un mejor control sobre qué esperar y cómo navegar, unas vidas más largas.
Avivah ha hecho docenas de entrevistas de mujeres en transición en estas 4 fases de sus vidas, que ella llama: Q1, Q2, Q3 y Q4 o primavera, verano, otoño e invierno. Cada una de estas etapas tiene su proceso, su desafío y su propósito. Entenderlos nos ayuda a saber dónde estamos, donde hemos estado y hacia dónde queremos ir (que es de lo que se tratará mi próximo taller en donde vamos a elaborar el mapa de tu vida).
Hay varias formas de dividir nuestra vida, aquí tienes 3 de ellas. Avivah nos explica las 4 etapas de la siguiente manera, en tramos de 7 en 7 años (que tiene remembranzas bíblicas y que responde al ciclo de regeneración de nuestros cuerpos):
El Q1, es el que ha sido más estudiado hasta ahora, la infancia, la adolescencia (que se creó en 1904) y la juventud (que va empujando la edad adulta para cada vez más hacia adelante), ahora a los jóvenes de 18 a 25, se les llama adultos emergentes, porque usan esa etapa para explorar con menos restricciones de las que había antes. Esta es una etapa para para aprender, explorar y crecer en todos los sentidos: física, emocionalmente, intelectualmente, etc.
Q2, es la adultez, que implica encontrar trabajo, vivir independientemente, construir carreras, relaciones y familia. Aquí es donde, normalmente, reproducimos los esquemas de nuestra cultura, la sociedad y la familia. La idea fuerza de esta etapa el alcanzar logros personales y profesionales hasta que definas tu propio yo. En esta etapa se concentran un montón de temas, que ahora, con la nueva tercera etapa, se pueden postponer, por ejemplo, postergar tu éxito profesional si decides priorizar la familia.
Q3, esta es la nueva etapa que nos ha añadido la longevidad, no al final de nuestras vidas, si no en el medio. Esta es la etapa que requiere nuestra atención, ya que anteriormente, no se pensaba en las necesidades de este grupo. Cada vez estamos más sanos, más activos, y comprometidos, con renovadas aspiraciones personales y profesionales para estos años. Algunas parejas deciden posponer su éxito profesional a esta etapa, ya que en la anterior se dedicaron a sus hijos. Podemos ver cómo hay un gran grupo de mujeres y hombres que están dando que hablar en esta etapa de sus vidas, conocidos como “Grandfluencers” (Jean Fonda 84, Nancy Pelosi 80, Dr. Fauci 80, Clint Eastwood 91, Joe Biden 79, entre otros), incluso, algunos, ya están iniciando movimientos sociales (el 3rd Act) que impulsan a este grupo de adultos a una nueva era de incidencia político-social. Mas del 40% de la fuerza laboral en USA tiene ya más de 50 años. El pasado verano, muchos “baby boomers” renunciaron a sus empleos y ahora están iniciando negocios, trabajan como voluntarios y siguen comprometidos con tener un impacto.
Q4, en esta etapa, solo contamos como reflejo ver como envejecieron y murieron nuestros padres. Una amiga me comentaba como solo hablar de retirarse le producía ansiedad, por los recuerdos que vivió con su madre, cuando ésta decidió retirarse. No tenemos muchos más modelos para esta etapa, sobre todo si queremos un envejecimiento aspiracional (como lo recomienda la filosofía Budista), mucho menos tenemos modelos de como morir (el recuerdo de como murieron mis padres, me impulsa a buscar nuevos modelos y no repetir los de ellos). Ni siquiera sabemos cómo enfrentarnos a la muerte. Pero debemos aprender a hablar de estos dos temas: cómo queremos envejecer y cómo queremos morir y hacerlo de una manera intencional. Hay algunas respuestas que van surgiendo, yo me inclino hacia el envejecimiento consciente y la muerte asistida (iré escribiendo sobre estos temas). Un estudio de Harvard demuestra que lo más importante, en esta etapa, son las relaciones que hemos construido y nutrido durante las décadas anteriores. Por eso se le llama a esta etapa la cosecha; para los que han sembrado bien, este es un tiempo de generosidad, de entregar un legado, de retribución y entrega con propósito. Para los que no han sabido sembrar es un tiempo de soledad, pobreza y desesperación.
Los terapeutas y medios de comunicación han alimentado la idea de que estas son etapas de crisis con imágenes de hombres mayores que buscan mujeres jóvenes (que les sirvan de enfermeras o de trofeos) o la necesidad de buscar un significado a tu vida porque estás enfrentando la pérdida de relevancia. Hay muchos ejemplos de eso, pero la realidad es que el 60% de los divorcios actuales, los “divorcios de plata” (iniciados a partir de los 50 años) los solicitan las mujeres que quieren independizarse de esos roles sociales y familiares que han cumplido, hasta ahora, porque cuentan con recursos para hacerlo.
¿Qué pasaría si, en vez de enmarcar estas etapas como crisis, las enfrentamos como transiciones que todos pasamos a medida que envejecemos y maduramos? ¿Si aprendemos a que cada cuarto de nuestras vidas son momentos de reflexión, reevaluación y de toma de decisiones? No estamos solas, son procesos que todas pasamos. Vivir la vida al máximo, requiere abrazarla como un todo. ¿Cómo quieres enfrentar las próximas etapas de tu vida?
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