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El tercer acto, Jane Fonda

Quiero seguir elaborando el tema de como enfrentarnos a la segunda etapa de la vida, o como le llama Jane Fonda, “el tercer acto” porque ella divide la vida en tres grandes tramos: el primer tramo son los primeros 30 años, el segundo de los 30 a los 60 y el tercero de los 60 en adelante.


Jane Fonda comenta en su charla en formato “TEDTalk” sobre “la tercera etapa de nuestras vidas”, la etapa de los 60 años en adelante, que la “revolución de la longevidad” nos ha añadido un promedio de más de 34 años a nuestras vidas, si la comparamos con las de nuestros bisabuelos. Es decir, toda una segunda vida de adultos, aunque todavía no la hayamos incorporado a nuestra proyección de vida o en nuestros planes. Fonda comenta que la sociedad todavía considera que la vida es como un arco: nacemos, llegamos a la cima en la mitad de la vida y decrecemos en la vejez (y considera, que hasta ahora la edad adulta se ve como una patología).


Ya hay muchas personas (filósofos, investigadores, intelectuales, médicos y científicos) que, como Jane Fonda, tienen una nueva perspectiva de este “tercer acto” o las tres últimas décadas de la vida. Todos ellos ya la están considerando como una nueva etapa de crecimiento y desarrollo personal, diferente a la de la mediana edad, así como se diferenció, en los años 60 a la adolescencia, de la infancia. Sus sugerencias para esta etapa son que debemos empezar a preguntarnos ¿cómo podemos utilizar todo este tiempo? ¿cómo podemos vivirlo mejor? ¿cuál es la nueva concepción de la vida que vendrá a sustituir al envejecimiento?


Las investigaciones que ha hecho Fonda, la llevan a sustituir ese arco de la vida por una escalera. Una escalera que simboliza el ascenso del espíritu humano que nos brinda la sabiduría, la experiencia, la integridad y autenticidad que vamos adquiriendo con la edad. Esta “escalera” o esta espiral de crecimiento ascendente debe ayudarnos a cambiar nuestro paradigma sobre la vejez y nos debe de llevar a ver esta etapa, no como una patología, sino como un gran potencial de crecimiento, donde continuamos ascendiendo –por la escalera– hasta la plenitud, la autenticidad y la sabiduría.


Por lo general, la mayoría de las personas mayores de 50 años se sienten mejor que en otras etapas de su vida, tienen menos estrés, son menos hostiles y se sienten menos ansiosas, incluso hay estudios que consideran que somos más felices. Muchas nos damos cuenta de que nunca hemos sido más felices y que disfrutamos de una gran sensación de bienestar. Además, Jane Fonda, también comenta que a su edad el miedo desaparece y nos damos cuenta de que conseguimos llegar a ser más auténticas, recordándonos la frase que dijo Picasso: "Se necesita mucho tiempo para llegar a ser joven".


Jane Fonda en su charla también nos recuerda que no quiere idealizar el envejecimiento, ni decir que para todos sea una época para disfrutar y desarrollarse, pero que si tenemos suerte, depende de cada una de nosotras disfrutar de este tercer acto: quizá decidimos comenzar otra carrera, dedicarnos de lleno a un hobby que nos entusiasma o, tal vez, la tarea que enfrentemos sea completarnos a nosotras mismas.


Jane Fonda comenzó su tercer acto, estudiando dónde había estado en sus 2 primeros actos: tratando de ver quién era durante su vida pasada y se preguntó: ¿quién era ella? ¿quiénes eran sus padres –no como padres– sino como personas? ¿quiénes eran sus abuelos? ¿cómo ellos trataron a sus padres? Paso por el proceso que los psicólogos llaman: “hacer una revisión de tu vida” y que ese ejercicio puede darle un nuevo sentido a tu vida porque te ayuda a ver que muchas de las cosas que creías que ocurrieron por tu culpa, no tenían nada que ver contigo. Con esa revisión de tu pasado, llegaras a ser capaz de perdonar y perdonarte, liberarte y cambiar la relación con tu pasado.


Tal vez el propósito central del tercer acto es volver y tratar de, si es el caso, cambiar nuestra relación con el pasado. Y, si cambiamos nuestra relación con el pasado, modificamos nuestra relación con las personas y acontecimientos del pasado, al tener sentimientos más positivos sobre el mismo nuestras neuronas pueden modificarse. Lo que nos hace sabios no es tener experiencias, es reflexionar sobre las experiencias que hemos tenido, nos ayuda a ser más íntegros, nos trae sabiduría y autenticidad.


Fonda menciona que, de niñas, comenzamos integras y combativas, sujetos de nuestras propias vidas, pero muy a menudo, la mayoría de nosotras, llegada la pubertad y nos convertimos en sujetos y objetos de la vida de otras personas. Así que nos recomienda qué, en este tercer acto, regresemos al punto de partida y que vivamos para nosotras mismas. Las mujeres mayores representamos la mayor parte de la población mundial, si podemos volver atrás, redefinirnos y volver a ser íntegras y combativas se va a crear un cambio cultural en el mundo que servirá de ejemplo a las generaciones más jóvenes para que puedan repensar sus propias vidas.


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