La convivencia no es fácil, por experiencia propia sé que uno de los cambios y transiciones más difíciles, que enfrenta una pareja, es cuando el centro de poder cambia de uno al otro.
La mayoría de las parejas se manejan en entendidos tácitos de la repartición de responsabilidades, por ejemplo: tu estás a cargo de las finanzas, de los hijos o del manejo de la casa, etc. Pero cuando uno, en la pareja, comienza a preguntar “¿y porque eres tú el que hace eso?” es que algo está cambiando.
A veces es fácil hacer este cambio y las parejas se acomodan a esa transición de poder, además, estas transiciones pueden darse varias veces a lo largo de la vida juntos. Unas veces esos cambios son abruptos y otras veces son graduales. En todo caso, cada transición implica que uno debe dejar de hacer las cosas como se hacían antes y ambos deben adaptarse a la nueva situación.
En el libro “Conseguir el amor de tu vida: una Guía practica para parejas” los doctores Harville Hendrix y Helen LaKelly Hunt nos explican los pasos por los que transita una pareja, desde el inicio de su relación: la ilusión del amor romántico, la pasión y el desencanto que siempre conlleva lucha de poderes interna.
Cuando nos enfrascamos en una lucha de poderes la relación se convierte en un caos. Llega un momento en que ya no sabes cómo empezó el problema ni como se terminará, te sientes desorientada y sin norte.
Los expertos en relaciones recomiendan que te distancies, ya que en esa lucha hay fases que se pueden visualizar porque son las mismas que pasamos cuando sufrimos un duelo por la pérdida de una persona. Pero en la lucha de poderes lo que se muere es la ilusión del amor inicial, es el desencanto porque esa ilusión, esa fantasía, está desapareciendo.
Las fases por las que pasamos son las siguientes:
Primero viene el sobresalto, el choque, cuando te das cuenta y adquieres conciencia de lo que está pasando: ésta ya no es la persona que conocí. Esta sacudida te hace replantear tu situación y, muchas veces, comienzas a asumir que tu vida de pareja será una vida de soledad y dolor.
Después llega la negación, la decepción es tan grande que no quieres ver tu realidad. Empiezas a encubrir los defectos de tu pareja, les das la vuelta y los contemplas sólo desde el lado positivo, quitándole hierro al asunto. En esta fase, siempre llega un momento en que no puedes mantener la negación por más tiempo y empiezas a sentirte desencantada, traicionada. Tu pareja puede haber cambiado dramáticamente desde que lo conociste o, simplemente, te equivocaste desde el principio y viste lo que tu querías ver y te engañaste.
Así entras en la fase del dolor. El tamaño del dolor es proporcional al tamaño de la fantasía que habías creado sobre tu pareja y la realidad que ahora ves. Si recreaste un amor romántico inigualable, como suele decirse "un amor de película" y se empieza a desvanecer, tu lucha interna será grande. Si te quedas enganchada en esta fase de la lucha de poder, la toxicidad te va contaminando y pasas al cuarto paso que es el de la negociación.
La fase de la negociación. En esta fase empiezas a negociar cosas tales como: si dejas de beber me acuesto más contigo, si me dejas salir con mis amigas/os, paso mas tiempo con los niños, etc. También es posible, que en esta fase busques ayuda externa y comiences una terapia de pareja. O se renegocien los contratos tácitos que había en la pareja y proponen hacer algún tipo de contrato nuevo entre los dos, sin tocar el fondo del problema.
Pero si la lucha de poder continua, llegas a la última fase que es la de la desesperación, cuando las parejas ya no tienen ninguna esperanza de ser felices o encontrar el amor en la relación y, en ese momento, ya ni siguiera sienten dolor por la relación que se muere. Normalmente, en este punto “tiras la toalla”, las estadísticas dicen que (si no hay otra relación de por medio) es casi siempre la mujer la que llega, exhausta a este punto.
Cuando ya la pareja llega a esta fase, los resultados suelen ser de tres tipos:
La mitad de las parejas son capaces de desprenderse de los restos de la ilusión inicial que hubo en esa relación y la terminan.
Los que se mantienen juntos a estas alturas crean relaciones paralelas y tratan de encontrar la felicidad fuera de la pareja.
Y los menos, el 5% de todas las parejas, encuentran una manera de resolver esta lucha de poder y recrear una pareja de una manera profunda y virtuosa.
Hay que ser conscientes de que estos tipos de resultados no engloban todos los casos. Los expertos nos hacen algunas recomendaciones:
Tómate tu tiempo para tomar decisiones, en mi caso, tardé 5 años, en procesar que estaba en una lucha de poder en mi relación y, después, tarde otros 5 años para tomar la decisión de cortarla y desprenderme de la ilusión de la pareja de los primeros años. Mi proceso interno, fue muy lento, porque la ilusión habia sido muy grande.
No actúes por actuar, “si no sabes para donde ir es mejor quedarte donde estas”. La ruptura, tras una lucha de poder, no solo requiere cerrar un capítulo de tu vida, si no que exige descubrir que necesitas para dar el siguiente paso, si no podrías estar tentada a interrumpir el proceso en algún momento, lo que te acarreará un alto costo emocional.
Consiéntete durante este proceso, no consideres que tienes que hacer todo de un tirón y date tus gustitos en el proceso.
Busca con quien hablar, sea un psicólogo, un coach, una amiga. De esta manera pones tus pensamientos en palabras, que siempre es muy útil. Escribir lo que sientes tambien ayuda.
Piensa que la ruptura te lleva a una transición que implica dejar tu situación anterior, mantenerse en un espacio en blanco durante un tiempo y, después de un tiempo, volverte a reencontrar y eso lleva su tiempo.
“Una pareja consciente nunca es una línea recta.
Habrá momentos de gran alegría e intimidad y otros de desviaciones, de regresión”
Harville Hendrix Dr.
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