Esta es la recomendación que nos hace Avivah Wittenberg-Cox en su artículo, así titulado en noviembre del 2017. Avivah Wittenberg es una consultora especializada en temas de género y en los efectos de la longevidad en los países, las parejas y, en especial, en las mujeres.
Ella ha podido confirmar, en sus investigaciones con mujeres profesionales exitosas, lo que ya muchas investigaciones, habian constatado previamente: que en el caso de parejas con doble carrera y con mujeres profesionales ambiciosas, solo quedan dos opciones: o tu pareja es una persona muy solidaria o es mejor no tener pareja.
En lo personal, puedo confirmar que en verdad es así, mis dos matrimonios cumplieron con ese patrón. En las dos ocasiones, me casé creyendo que, en verdad, mis parejas eran personas de mentalidad avanzada para su época y muy solidarios. No resultaron ser ninguna de las dos cosas a la hora de tener que hacer algún sacrificio por su parte, para que yo pudiera avanzar en mi carrera o, si alvanzaba reconocimento en mi trabajo, llegaron los celos y la "burla” a interponerse en la relación. Las mujeres que se empeñan en seguir este tipo de matrimonios, terminan empantanadas en sus parejas y en sus carreras.
Las investigaciones realizadas por Avivah, resuenan mucho con las charlas que yo mantengo con las mujeres a las que hago coaching: mujeres que buscaron promociones, que implicaban irse a trabajar a otro país y despues, finalmente, el marido no las acompañan; otras que, para salvar su matrimonio, deciden dejar el trabajo y estudiar para balancear la carga familiar o, aceptar trabajos a medio tiempo aunque implique no avanzar ni crecer en el trabajo, mientras sus esposos, continúan adelante con sus carreras.
Avivah nos recuerda que, en el siglo XX, las mujeres han avanzado en el lugar de trabajo y que la longevidad ha llegado para quedarse. Ella mantiene la esperanza de que en el siglo XXI se conseguirá la adaptación de los hombres a estos cambios (o no).
Mientras tanto, los índices de divorcio en mujeres de 50 años o más se han disparado, y de ellos, el 66% son solicitados por las mujeres. El resto se mantienen en un matrimonio en el que creen que hay igualdad, mientras la carrera del hombre, o su bienestar, no se vean perturbados por el éxito de la mujer, ya que la carrera de ella siempre será la que ocupe el segundo lugar.
Avivah reconoce que no es que ellos no sean progresistas y solidarios (ellos se ven así), además, están felices cuando las mujeres tienen éxito y ganan bien, las felicitan y las apoyan mientras no interfiera con sus vidas o carreras. Hay estudios que reflejan que la mayoría de las mujeres que dejan sus trabajos toman la decisión por una razón del ámbito familiar, porque sus parejas se niegan a alterar sus horarios o participar más en la crianza de los hijos.
En una encuesta realizada a graduados de Harvard, destacan que los hombres esperan que sus carreras sean mas importantes que las de sus mujeres y las mujeres esperan que sus matrimonios sean igualitarios (incluidos los millennials). Lo tradicional, el hombre en su trabajo y la mujer centrada en la familia, es lo que termina sucediendo, según las investigaciones que realizó Avivah para unos de sus libros. Con lo cual, después de criar a sus hijos, las mujeres se divorcian y centran sus energías en sus carreras después de los 50. Y, entonces, el que se queda sorprendido es el marido, después de dedicarse por entero a trabajar, sin preocuparse del esfuerzo familiar. Así lo reflejan los estudiosos de estos temas, por tanto, el matrimonio equilibrado necesita apoyo mutuo y no ignorar el avance del otro.
Para enfrentar estos temas, Avivah propone 3 estrategias:
Desarrollar una visión común y a largo plazo con metas personales y profesionales.
Escucharse mutuamente: las mujeres no se sienten escuchadas y los hombres no se sienten apreciados.
Retroalimentación siguiendo la regla de 5 a 1: 5 comentarios positivos por cada "critica constructiva".
Si tu pareja no está dispuesta a realizar estas estrategias, ni a buscar apoyo para superar una situación de esta naturaleza, entonces pregúntate ¿por qué? Y, si no avanzan en estos temas, tendrás que preguntarte ¿Qué te mantiene ahí? ¿el amor o el miedo?.
Las mujeres que pertenecemos a la generación de los Baby boomers y a las siguientes, ya no tenemos miedo a quedarnos solas y, menos, sin recursos. Las mujeres queremos amor, reconocimiento y apoyo, en el trabajo y en la casa. Si no nos lo ofrecen, nos vamos.
Es mejor, sin duda, tener un enfoque equitativo estratégico para mejorar el potencial de los dos, en un matrimonio, con una visión familiar a largo plazo, que dure a lo largo de toda la vida, con mucho esfuerzo por escuchar al otro y complementándose mutuamente.
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