Tuve la oportunidad de participar en un taller de liderazgo y escuchar unas de las mejores charlas que he oído respecto al balance de la vida laboral y personal de las mujeres. La conferencista era Avivah Wittenberg-Cox, experta en temas de balance de género y manejo de carreras profesionales.
Wittenberg señala como la revolución de género, durante el siglo XX, cambió los roles de las mujeres en los hogares, en las estructuras familiares y en la sociedad. También mencionó que las dos tendencias mundiales fundamentales, de ese siglo fueron: el aumento de la participación de las mujeres en el mundo laboral y la longevidad de la población actual. Estos dos fenómenos impactan en múltiples niveles: en los países, a las empresas, las parejas y también en como la sociedad considera a las personas maduras.
Wittenberg, nos comentó qué, durante la mayor parte de los últimos 2,000 años, la esperanza de vida ha sido relativamente corta (promedio de 46 años) y, sólo en los últimos 200 años, la esperanza de vida ha crecido dramáticamente y se ha acelerado en el último siglo, con lo cual, ahora, tenemos casi 40 años adicionales de vida. Esta longevidad y sus consecuencias en nuestras vidas, carreras y nuestra manera de vernos a nosotras mismas, son factores que todavía no hemos dimensionado adecuadamente.
Uno de estos factores es que nos enfrentarnos a una nueva segunda mitad de la vida, más larga y que debemos explorar para definir quiénes queremos ser durante esa etapa (que será una de las más largas). Esa exploración significa que podemos transcender de ser lo que alguien más espera de nosotros. Esto es liberador y emocionante pero también aterrador, ya que no tenemos muchos modelos a seguir. La gente no ha vivido tanto tiempo, ni con el tipo de conocimiento ni experiencia que tenemos ahora. Estamos frente a un libro abierto y todos vamos a ser los pioneros en la creación de esta aventura, además, las mujeres estamos siendo, especialmente creativas y expansivas en esta etapa.
Las mujeres nos enfrentamos a esta etapa de cambios cuando entramos en las décadas de los 50s y 60s, todas en general, pero, en especial, las que hemos terminado de criar y de vivir con nuestros hijos y, a veces, cuidar a nuestros padres. Entonces, nos damos cuenta de que hemos pasado la primera mitad de nuestras vidas dedicadas a hacer todo lo que la sociedad espera de nosotras.
Avivah nos recuerda que todos los cambios, incluso los más anhelados, conllevan nostalgia del pasado de lo que dejamos atrás porque sentimos que una parte de nosotras debe morir antes de que podamos recrearnos. Aunque suena dramático, hay que resaltarlo para entender la tormenta que pasamos durante las transiciones. Al cambiar y salir de nuestra zona de confort tenemos que dejar atrás lo que no nos está sirviendo (un trabajo, una pareja), relaciones con otros, organizaciones, incluso debemos dejar patrones de comportamiento que nos han definido hasta el momento.
Algunas de nosotras, para reinventarnos, recrearnos y convertirnos en nuestro nuevo yo, dejamos atrás viejas definiciones de lo que es el trabajo, otras debido a la frustración, deciden dejar atrás una relación (incluso después de tardar años en tomar la decisión). Incluso, otras que están en buenos cargos (pero están aburridas) deciden que necesitan crecer y sembrar para la siguiente fase.
Por lo general, te surge una idea y luego tienes que entrar en el camino turbulento de la transición. Un espacio intermedio entre quién eras antes y en quién te vas a convertir, pero no tienes ni idea de dónde estás.
En esta etapa es útil salir y conocer a gente nueva, ver y probar cosas nuevas, incluso, con el tiempo, volver a estudiar, aprender, reinventarte tanto o tan poco como te parezca. Avivah lo asimila como ir de pesca, ¿Qué es lo que quieres pescar? ¿Qué te atrae? ¿Qué te apasiona? Debes encontrar lo que realmente te apasiona: personas, ideas, actividades, organizaciones.
Y, nos recomienda buscar modelos a seguir que nos inspiren, gente que que ya haya pasado por esa fase de la vida. ¿En quién te gustaría convertirte? Es un ejercicio muy interesante que ayuda a analizar qué es lo que te gusta para moverte hacia donde definas: a una nueva comunidad, nuevos roles, con nuevas personas y nuevas relaciones para que te reinventes en ese nuevo espacio.
El estudio, que Avivha, está realizando sobre cómo las personas están diseñando su vida en esta próxima fase de recreación, le indica que todas quieren tener un mejor equilibrio entre su vida laboral y personal, algunas quieren completar esa recreación solas, dejando todo lo que hicieron antes (su país, su trabajo, sus relaciones). Otras, las que están en una buena posición, que les encanta lo que hacen y están vocacionalmente apasionadas, sólo siguen mejorando pero con más empeño. Las que se mantienen en pareja deciden trabajar en proyectos conjuntos, en esta etapa de su vida adulta, en temas que les apasionan a los dos, recrean nuevas empresas o definen nuevas actividades para hacerlas juntos. Para algunas personas, su obra maestra, el pináculo de su carrera, el mejor trabajo que han hecho lo hacen en esta etapa tardía de la vida, mucho más tarde de lo que jamás hemos imaginado. Otro grupo de personas, la mayoría, sueña con hacer un abanico de actividades diferentes y no quieren dedicarse solo a una actividad. Y otro grupo, redescubre que su pasión era ser enfermera, pianista o científica y se empeñan en realizar sus sueños o los pasatiempos que abandonaron cuando eran jóvenes (ir a la universidad, escribir, tocar el piano, cantar, etc.).
Nunca es demasiado tarde. Realmente hay muchas opciones hoy en día que nunca habíamos tenido antes. La única clave es disfrutar esta etapa con la mente abierta a las opciones que se basen en tu autoconocimiento. A medida que envejeces deberías conocerte más y más y entrarás en una fase de ensueño, te conectarás con personas como tú, con tus mismas ansias de crecer y vivir esta etapa de la vida a tope.
Hay dos cosas claves en esta fase: mirar hacia adentro para desarrollar tu visión, tu autoconciencia y, la otra es salir al mundo, experimentar, probar cosas.
Si no estás segura de cosas quieres hacer, nos recomiendan probar, de 3 en 3, actividades diferentes para ver si te gustan y de esta manera ir descubriendo tus intereses y confirmar lo que estás buscando. Cuanto más pruebes es más fácil que puedas identificar tus intereses.
Y, la última recomendación que nos hace Avivah para esta etapa es: no lo hagas sola, crea una red personal.
Busca apoyo en tus transiciones. Las investigaciones indican que no son las personas que mejor te conocen (como eres hoy) las que serán tu mejor apoyo. Si estás buscando convertirte en algo diferente, es posible que debas buscar otras personas. Identifica de tres a cinco personas para hacer una especie de Junta directiva que te asesore. Reúnete periódicamente con ese grupo de personas que te escuchen y te acompañen a través de los cambios y la vida. Pueden ser muy útiles para encontrar tu nuevo yo, analizando tus ideas y proyectos, apoyándote, aplaudiendo, criticando y dando legitimidad a algunoss de tus sueños.
Todos estamos en una fase de la historia humana completamente inexplorada, nunca, hemos visto un mundo con tanto equilibrio de género y con tanta longevidad, por lo que toda está etapa nos será muy útil a las mujeres. Disfruta intensamente la segunda mitad de tu vida!!
¡Me encantó! Muy bien escrito, con recomendaciones puntuales y claras. Con un análisis fresco, interesantísimo. Una propuesta halagadora.