Todos tenemos cambios hormonales, a lo largo de nuestras vidas, tanto hombres como mujeres. Cuando pasamos por la pubertad o la menopausia tenemos muchos cambios. Normalmente, se nos ha transmitido la sensación de que debemos avergonzarnos de ellos, no tratar de entenderlos o explorados, sin embargo, saber más sobre ellos nos ayuda en nuestros propios procesos y en los de la próxima generación.
Por lo general, nuestras madres y abuelas no hablaban sobre estos temas (no es mi caso, afortunadamente, mis padres si nos hablaron claramente, con las limitaciones de información que había en esa época). Todavía hay poco acceso a esta información y, cuando empiezas a estar irritable o tienes sofocos, o tus períodos se empiezan a desordenar, no sabes qué esperar. A veces, oyes a tus amigas quejarse de que no pueden dormir bien, o de otros de los síntomas que tenemos, aunque también hay mujeres que, por suerte, no tienen ninguno. Además, durante esa etapa de tu vida (de los 40 a los 50 años), hay un montón de cosas pasando y, eso se añade a lo que le pasa a tu cuerpo. En fin, con el aumento de la esperanza de vida, puede significar que podemos pasar el 40 por ciento de nuetras vidas en esta etapa,asi que queria compartir esta información básica.
La menopausia no viene sola, viene con un periodo previo y otro posterior (perimenopausia y posmenopausia) que implican el fin de un ciclo que trae muchos cambios y, no todos, son conocidos. Últimamente, he escuchado mucho que la menopausia es como la pubertad, pero al revés, es decir, que el cuerpo sufre los mismos cambios hormonales que sufrimos cuando comienza nuestra edad reproductiva, pero a la inversa, en la primera empieza la producción de hormonas y, en la menopausia, dejamos de producirlas. Estos cambios incluyen síntomas físicos, como sofocos, escalofríos y trastornos del sueño, y síntomas emocionales que pueden desencadenar ansiedad, sentimientos de tristeza o depresión. Además, el estrógeno, la progesterona, todas las hormonas impactan otras partes de nuestro cuerpo, no sólo nuestros órganos reproductivos.
La menopausia no es solo una etapa de la vida en la que dejas de tener tu período mensual, es una parte normal de tu envejecimiento y marca el final de tus años reproductivos. Por lo general, la menopausia natural ocurre a finales de los 40 o a principios de los 50, pero también puede haber menopausia quirúrgica "repentina", cuando se quitan los ovarios por prescripción médica.
Cuando envejecemos, el ciclo menstrual comienza a desacelerarse y se prepara para detenerse, los ovarios producen menos estrógeno y el ciclo puede ser irregular hasta que se detiene. A medida de que el cuerpo se adapta a diferentes niveles de hormonas pasamos por varios cambios físicos, que influyen en cómo el cuerpo asimila el calcio y los niveles de colesterol en la sangre.
La perimenopausia es la primera etapa y puede comenzar de 8 a 10 años antes de la menopausia. La menopausia es el punto en el que una mujer ya no tiene períodos menstruales, durante al menos 12 meses, y la posmenopáusica es la etapa después de la menopausia.
La Perimenopausia o "transición de la menopausia", tiene una duración media de unos cuatro años donde todavía puedes tener ciclos menstruales y, por lo general, comienza en los 40 años (pero también puede comenzar a los 30). En esta etapa ya puedes empezar a experimentar ciertos síntomas como:
Sensibilidad en los senos.
Empeoramiento del síndrome premenstrual (SRP).
Períodos irregulares.
Períodos más pesados o ligeros de lo habitual.
La Menopausia es el punto en el que ya no tienes períodos menstruales durante 12 meses seguidos, ya no produces la mayor parte del estrógeno y, por lo general, tienes algunos de los siguientes síntomas:
Sofocos (una sensación repentina de calor que se extiende por todo el cuerpo).
Sudores nocturnos y/o destellos fríos.
Sequedad vaginal; malestar durante el sexo.
Urgencia urinaria (una necesidad apremiante de orinar con más frecuencia).
Dificultad para dormir (insomnio).
Cambios emocionales (irritabilidad, cambios de humor, depresión leve).
Piel seca, ojos o boca secos.
Algunas mujeres también pueden experimentar:
Palpitaciones.
Dolores de cabeza.
Dolores, dolores en las articulaciones o musculos.
Cambios en la líbido (deseo sexual).
Dificultad para concentrarse, lapsos de memoria (a menudo temporales).
Aumento de peso.
Pérdida de cabello o adelgazamiento.
La Posmenopausia es el resto de tu vida, después de la menopausia. Durante esta etapa, algunos de los síntomas de la menopausia pueden aliviarse, sin embargo, algunas mujeres continúan teniéndolos durante una década o más. Al tener un nivel más bajo de estrógeno, las mujeres posmenopáusicas tienen más riesgo de tener osteoporosis (perder densidad de los huesos), sequedad vaginal, incontinencia o afecciones urinarias más frecuentes o enfermedades del corazón. No todas las mujeres presentan todos estos síntomas, los más comunes son los sofocos, la sequedad vaginal y los trastornos del sueño. La combinación de estos síntomas puede causar ansiedad o depresión. La menopausia es un proceso natural y los tratamientos se enfocan al alivio de los síntomas como sequedad vaginal o a reducir la gravedad y la frecuencia de los sofocos. En circunstancias muy especiales, te pueden recetar un tratamiento hormonal.
Muchas mujeres aumentan de peso durante esta transición porque el metabolismo se ralentiza, por lo que se debería comer menos y hacer más ejercicio para mantener tu peso actual. En todas las etapas de la vida, los cambios saludables en el estilo de vida son necesarios, pero en esta es más importante, hacer ejercicio regularmente, llevar una dieta saludable y mantener un peso normal.
Entramos en nuestra tercera parte de nuestra vida y debemos descubrir, a medida que envejecemos, no sólo como lidiar con la menopausia, sino lo que significa tener salud y vivir bien, para una mujer de nuestra edad. Es importante saber que estas cambiando y tienes que adaptarte. Por lo general, hemos pasado la mayor parte de la vida acomodando a los demás y no nos hemos dado permiso para consentirnos. Tardamos hasta los 50 años para sentirnos lo suficientemente libres emocionalmente para pensar en lo que realmente queremos, decir sí o no a las cosas que nos dan más alegría o nos entusiasman. En esta etapa, ya no tenemos que acomodar a otras personas y deberíamos enfocar la menopausia no como un final sino como el comienzo de un nuevo capítulo.
Cada vez somos más las mujeres que vemos esta etapa como una de las mejores de nuestras vidas, siendo activas físicamente, redefiniendo nuestros espacios y propósitos, compartiendo con nuestras amigas y dedicándonos a lo que más nos gusta. Asi estamos!!
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